Periodista especializado en entrevistas.
Es un día normal, como otros tantos. Aprovecho el recreo, porque no hay otro momento. La entrevista de hoy me lleva hasta Eduardo Quintero, compañero de 2ºC, menudo, vivaracho y simpático. Su personalidad está llena de buen humor y pocas veces lo he visto enfadado. Tiene la virtud de encajar a la perfección los pequeños contratiempos de la vida. Estoy convencido que esa actitud positiva es un mensaje para todos.
Comienzo preguntándole por sus aficiones. Y nos contesta como otro cualquiera de nosotros:
-Mis aficiones son jugar al fútbol, quedar con mis amigos y amigas, y escuchar música.
Ah, pillín. Amigos y amigas. No voy a entrar en más detalles, ni hacerle más preguntas comprometidas. Pero que quede constancia que es un “ligón” de mucho cuidado. Y si no, que le pregunten a las chicas de 2ºC...
Llega el momento de ponernos un poco más serios. Le pregunto por los estudios, y me confiesa:
-Estudio mucho. Normalmente dos horas y media más o menos. Pero hay veces que son más, cuando llegan los exámenes. O algunos fines de semana, entre trabajo y trabajo.
Sé que no es un gran comilón. Pero tengo interés por saber qué le gusta.
-Mi comida favorita es el huevo frito. Especialmente con patatas. Entre todos los huevos fritos del mundo, el que más me gusta es el que preparamos en casa. Lo he pedido muchas veces fuera y no, no. El de casa.
Soñamos despiertos. Le pregunto por los viajes y dónde le gustaría ir en el futuro
-Me gustaría viajar a Italia y a Estados Unidos. Sueño con pisar Miami algún día, como Julio Iglesias y otros famosos. He visto fotos de las playas y de las casas que hay allí y algún día me gustaría ir. Italia debe ser un sitio precioso por el arte, el paisaje, la gente y las pizzas.
Como para suerte o desgracia somos estudiantes, la pregunta obligada sobre las asignaturas que peor se le dan…
-Las asignaturas que más me cuestan son las matemáticas y la tecnología. Vamos, que, a este paso, va a ser difícil que me dedique a la arquitectura.
Me arranca una sonrisa con su respuesta. Nunca se sabe, Eduardo. Una cosa es el colegio y otra, muy diferente, la vida de los mayores. Tiempo tendremos de comprobarlo.
Con grandes dosis de buen humor nos despedimos. Le agradezco que, con sus respuestas, me haya permitido conocerlo un poco mejor.
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